domingo, 31 de enero de 2010

Revista nº 7 -CLUB DE POETAS DEL SUDESTE CORDOBÉS

...


AGUAS BAJO EL PUENTE

Las aguas que pasaron
bajo el puente
ya no regresan más
aunque sea el río,
el mismo, el que corre
mansamente
sobre su cauce
casi adormecido.

Así el amor que ayer
tan dulcemente
con su magia unió
nuestros destinos,
pasó como esas aguas
simplemente
y se perdió en recodos
del olvido.

Acaso ante los ojos
de la gente
tu y yo seguimos siendo
aún los mismos,
pero en nosotros
todo es diferente
porque aquel sentimiento
se ha ido.

El paisaje, el lugar,
el viejo puente
parece estar tal cual
al que ayer vimos,
más han cambiado
imperceptiblemente
son otras aguas
las que lleva el río.

Jose Luis Alarcon –Justiniano Posse

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MARIPOSA DE SUEÑOS

Doy vueltas y vueltas,
y tú estás ahí revoloteando como una nube
que pasa sin dejar algo de lluvia.
Empecé andar como vos y me acerque,
y solo encontré una nube oscura la que me repetías como otras veces,
que no era el momento de largar alguna gota.
El tiempo va pasando,
y aún estás volando sin rumbos ni destinos,
donde te pasará la vida tanto a ti, como muchos de ésta tierra.
Algún momento se te acabará la cuerda,
y serás una arrepentida,
por no dejar esa gota de amor.
Todo quedará en el olvido,
y hoy en el presente que te vuelvo a ver,
no eres una nube de lluvia,
” tus ojos derraman un mar de lágrimas.”

Natalio Simonetti – Inriville - Cba

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TIEMPOS

Dicen que los sueños
cautivan los tiempos
arrullan la cuna
con sabor mamas
y siento en el alma
su canto de nanas.
me invadió la nostalgia
y veo que aquello
ya es mi morada.
Me lleno de emoción
el fulgor de la luna
que alumbra el recuerdo
en esta canción.
Venceré los miedos
tú serás la estrella
controlaras los sueños
que llevo por dentro
y espero y confio
darle tiempo al tiempo.

Norma Ereza -Monte buey

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REQUERIMIENTO

Aún cuando la última

ilusión se aletargue en

los pliegues de tu sonrisa

esfuérzate y respira.

El sol volverá

mañana a iluminar

tibiamente el día

no dejes de respirar.

Entorna los párpados,

descansa, lucha , sueña,

la vida espera

aún no está vencida.
.
Extenderá su mano

para que tú la aferres

y…paso a paso

en esperanzada lentitud,

la ilusión despertará

entre las sábanas húmedas

de tus rugosos labios,

jubilosa, bella, íntegra.

No te entregues
.
amanecerán nuevos soles

embriagados de brisa,

respira amor, respira.

Marisabel Clausen –Gral Roca - Cba

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IDA Y VUELTA

Recoge el silencio
guárdalo en tu corazón,
en él hallarás sabiduría.

Recoge la alegría,
manifiéstala
y harás sonreír al triste.

Recoge la verdad,
exprésala
así construirás tu futuro.

Recoge la ternura,
con una caricia
aliviarás muchos pesares.
Recoge el amor,
bríndalo
el mundo lo está necesitando.

Recoge la paciencia
espera, pues,
todo a su tiempo llegará.

Serás así dueño de tu vida,
vívela, porque es fascinante.

Alicia Gilli –Cruz alta –Córdoba
Editada en: De Baigorria con Amor 2008

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LA VUELTA QUE ME DEBÍA LA VIDA

-Siempre me lleva no menos de dos o tres minutos corregir los trabajos de mis alumnos; doy clases en una escuela primaria para adultos, pero al revisar la tarea del día anterior y en particular la de Alberto Gómez, me tomo mucho más que unos pocos minutos. La tarea consistía en narrar con sus propias palabras su experiencia desde que decidieron asistir a la escuela y él puso lo siguiente:
“No se como explicar lo que me pasa, cuando le dije a Matilde que me había anotado en la escuela me miro como bicho raro, pero después entendió que sería bueno, y que le podría dar una mano con los chicos en las tareas escolares. Yo nunca pensé en algo así, solo quería por lo menos escribir mi nombre. En lo único que soy bueno es con los números. En el mercado, no hay quien saque una cuenta más rápido que yo. Pero se que con eso solo no alcanza, por eso con mucho esfuerzo, pues llego tarde de trabajar y muy cansado, pero igual todos los días desde que empezaron las clases llueva o truene, aquí estoy parado como una estatua.
Hace muchos años, cuando yo era chico fui a la escuela, pero me acuerdo que no fue por mucho tiempo, porque nos mudamos a un campo que quedaba muy lejos del pueblo, y no se podía perder el tiempo para ir a estudiar, porque había que trabajar y eso era más importante que cualquier libro. Pero de ese breve paso por la escuela me quedó algo clavado en mi pecho como un puñal, que todavía no puedo sacar. Un día la señorita nos dio una nota para llevar a casa y hacerla firmar por los padres, para ir a dar una vuelta en calesita. Yo me acuerdo como si fuera hoy que me lleve la nota, pero nadie me la pudo firmar porque ni mi mamá, ni mi papá sabían escribir. Por eso al otro día, a la hora en que todos los chicos se fueron a pasear yo me quedé mirando por la ventana.
Pero el mundo tiene muchas vuelta como la calesita, y unas cosas van y otras vienen… Anoche cuando llegue de trabajar el menor de mis hijos me dijo.
-Papá, acá tengo una nota para que la firmes, es para salir de la escuela, para ir a la plaza y dar una vuelta en la calesita de Don Tomás.
Yo lo mire con las lágrimas que me asomaban por los ojos, se me hizo un nudo en la garganta, por fin iba a poder darle a mi hijo lo que la ignorancia me había quitado. La vuelta más importante de mi vida iba a comenzar de la mano de él y eso no era poca cosa para mí, la vuelta de mi niñez estaba frente a mis ojos y ahora el saber leer y escribir me daban la oportunidad de saldar cuentas con el pasado.
-Papá también tenemos que llevar cinco pesos, para pagar la vuelta en la calesita y tomar un helado.
Saque del bolsillo de mi pantalón los diez pesos que me quedaban y se los di, —- y le dije:
-Bueno hijo toma estos diez pesos para que pagues por tus gastos y los otro cinco dáselo a la señorita para que le pague a alguno de tus compañeros que no tenga plata para hacerlo. Y… haber… ¿dónde está esa nota que te la firmo? Tomé el cuaderno en mis manos como si fuera el documento más importante del mundo, ni el Presidente mismo al firmar sus decretos ha puesto tanto empeño como yo al poner mi firma:
ALBERTO GOMEZ, con letras grandes para que se note, SI AUTORIZO A MI HIJO A DAR LA VUELTA EN CALESITA.

Cerré el cuaderno y levanté la vista, él sabía que era su cuaderno el que tenía en mis manos, yo estaba llorando y él también. Era un hombre corpulento con cara de niño, lo mire, él me miró y los dos sentimos que las palabras estaban de más.
¿La nota? no había nota para esa tarea, porque cada una había sido escrita con las tripas, que es, creo yo, la mejor manera de plasmar en un papel las cosas del alma y del corazón.

Laura Quinteros- Los Surgentes-Cordoba


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Viajando a Córdoba en un “veloz Charter” de la COATA, y ante tantas horas por delante, mi mente inquieta e inmanejable se detiene en la periferia de los recuerdos de mi pasada adolescencia, desde allí se me aparece aquella novia tan efímera y tan especial -cuyo nombre por discreción, obviamente callaré- y que ahora, a la distancia, superando un caballeresco y pudoroso recato, me animo a evocar en un poema. . .

Eras tan bella como callada. El silencio de amor en ti era como una prolongación de tu personalidad. Todo tu ser lo vivía, tus ojos, tus manos, tus gestos, tu cuerpo respondía ardiente y generoso al pasional llamado. Todo hablaba en ti . . .

MENOS TU BOCA...
Soneto

Menos tu boca, todo te delata;
consigues que mi piel desencadene
ese turbión que en vilo te mantiene,
indómito animal, rojo escarlata.

Ríos fluyendo tan candente plata;
mirada que se alarga y se detiene,
se demora en mis manos, donde obtiene,
la audaz excitación, que me arrebata.

Y aunque por Norte, Sur, Este y Oeste
la suma de tu esencia, a mí se preste
y tu cuerpo diga sí . . . me descoloca,

porque tu ser abierto se me entrega
en mudo ataque, y con vehemencia ciega
toda tu piel dice sí . . . ¡Menos tu boca!

Delsio Evar Gamboa -Laborde-Cba.


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INSONDABLE

Desde los vacíos de fría negrura, pozos del universo,
el infinito se desprende, viene y va,
centellea, en la hondonada lóbrega del espacio abierto,
reúne islotes de estrellas en fauces inconmensurables,
y en tobogán de insólitos, plantea lo indefinido…

Quedo a la deriva,
¿hacia dónde va la infinitud?

En mis vacíos explotan también pozos de mi íntimo universo
ninguna luz centellea entre los espacios…
del adentro, del afuera,
titilantes remolinos palpitan incógnitas
siembran zozobras en el barco despiadado del “Ser”
y descascaran inquietudes en búsqueda de preguntas
sobre el nacer, sentir, crecer, soñar, vivir...

Inmersos en el asombro del Todo,
viajan juntos por los vacíos llenos:
amor y odio, guerra y peste, saciedad y hambre,
celos y envidia, lujos y miserias, poder y ambiciones,
selvas y desiertos, agua y tierras, cielo y mar...
¿Hacia dónde? Si con la misma vida arrastramos la misma muerte…

Edda Ottonieri de Maggi –Marcos Juarez –Cba

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MUTACIONES

Deberíamos pasar al otro lado del espejo
y escribir en el dorso de la mano.
Deberíamos buscar los fantasmas
para quitarles el polvo
y dar vueltas las sombras para vestirnos
con su otra cara.
Deberíamos sujetar el presente
para apoyar el rostro
y reclinar el brazo sobre el tiempo que huye.
Acaso deberíamos buscar un día sin retorno
para instaurar la memoria
y ahuyentar el olvido.
Acaso las telarañas del espejo
me devuelvan mi rostro,
pulido por las cenizas del tiempo.
Pero no será mi rostro.
Será tan sólo un simulacro
que se romperá en pedazos apenas caiga
la primera piedra.

Leonor Mauvecin –Cordoba
Editado en la libro: La piel de la serpiente


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RÍO CTALAMOCHITA

Legendario “Ctalamochita”
que cuando al “Chocancharava” te unes,
te llamas Carcarañá,
una cuenta más quiero agregar
al rosario de los que antes que Yo,
te evocaron con pasión y dignidad.

Con ciclópeas murallas
en tu naciente te enclaustraron,
en pos el progreso y el bienestar,
engendrando con tus lagos
un paraíso sin igual;
pero tus aguas siempre lograron escapar,
para iniciar un largo y perezoso camino
rumbo al majestuoso Paraná.

Fuiste el hilo de “Ariadna”
para aquel puñados e hombres
que embaucado por la codicia
a la “Ciudad de lo Cesares”
no pudieron encontrar.
Y también el referente
para que a tu margen naciera,
el antiguo “Camino Real”.

Atrás ha quedado el anhelo,
de unir a la Docta con el mar
y ninguna balsa cerealera
sobre tu dorso pudiste llevar.

Pero hoy solo te conformas
con ser arriero de peces,
y regocijar en el estío con tu frescura,
a quienes con tus aguas
se dejan acariciar.

antes que el mismo hombre
y las criaturas del “mioceno”,
emprendiste este largo viaje,
que solo en el fin de los tiempos
cuando reine las tinieblas
¡Se ha de acabar!

Sergio Bravi –Cruz Alta –Cba
Editado en: Acuarela literaria 20

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TE ABSUELVO…

pese al desliz incurrido, instigada por ti,
desleído sahumerio de tu voz, vertido en mi anhelante boca
por esos otros labios tan jóvenes, tan míos, ansiosos, debutantes del amor;
con mis brazos menudos aferrados a su cuello, efusión primera e inocente,
al calor de sus manos en mi cintura de cereño junco,
cuando música y letras entrelazaban sisellas bajo un cielo estrellado;
en la pureza del primer contacto, mientras los pies liaban cornisas,
en esas mágicas noches de verano; si, tímidamente osado,
entonaba, adherida su expresión a mis cabellos brunos:
-”Quiero cantar una canción a tus cabellos”…
y aunque no fueras tu , la poesía de la canción nos extasiaba,
y hechizó mis pupilas en el primer cortejo quinceañero.
El viento veloz se deslizaba por la roja pollera,
y en sus ojos , “penumbras” de gitano azabache
descifraba-”Yo te amo”, aunque no fueras él, sino el autor ,
despertando inéditos sentidos , comenzando a transitar la vida
entre centelleos de madrigales y un intenso perfume de “rosas, rosas, rosas.”
Hoy supe la noticia… jubilado entre”trigales de sonrisas “,mi cartero de amor,
ya tronaba el alma de impotencia…ahora que no estás físicamente,
descubro que la historia tiene varias etapas; que el rubor quedó atrás, que la pasión se esfuma; que hay cambios muy hermosos: ,hijos, nietos, juegos, cumpleaños y payasos;
y aunque pase cada vez más rápido este tren de la vida; me vuelvo siempre atrás,
para perderlo y revivir las horas impacientes del amor estrenado; y sueño cada noche
la juventud perdida, la efusión y los celos, el roce , las caricias prohibidas,
soñando la eternidad del sentimiento, sin saber que estaba escrito en páginas de cuentos. Hoy reanudas tu gira, desnudo de orquesta y pentagramas;
es el aire el son que te acompaña, las rosas mas blancas alfombran tu paso silencioso;
la mujer, la ilusión, ensueños, alegrías, tristezas otoñales, y el triunfo de la voz, sobre las penas.

Tu fuiste el causante de ese amor que inflamara como fogata tibia mis entrañas,
tus canciones fueron cómplices callados de los besos; porque yo lo amé tanto,
¿te acuerdas de aquello?..: “que tarde la de esa tarde, que se enredó en tu cintura/
los labios aún me arden /fue una tarde de locura”…
y a pesar de los años… de no verlo, de no saber si me recuerda :aún me seduce…
y sin querer ser culpable… en este juicio de provocado candor; yo te perdono, porque cuando crecía pimpollo, me enseñaste a ser flor…por eso es que te absuelvo,
ya que tu voz me enseñó amar….inolvidable Sandro.

Lidia Lobaiza –Coronda –Sta Fe

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EL ASTRO REY
Vivo en
un país tan grande que todo queda lejos: la educación, la comida, la vivienda.
Tan extenso es mi país que la justicia no alcanza para todos.

Lina Zerón(Escritora mexicana (n. 1959))

El astro Rey gobierna sobre el toldo
sin estrellas de ágiles llanuras
su intensidad aún en el rescoldo
de ese pecho que late en las alturas.
El corazón de América sustenta
su ánima crecida en la figura
y ese blasón para otros una afrenta
su incorruptible carácter y estatura.

¡A tiempo límites pusiste, visionario
tras la cresta de esta tierra, cordillera
llevaste ese destino libertario...
la verdad y la lucha por bandera.
Y en las noches de dudas y tristezas
cuando el sol de la victoria se opacaba
tu ojo avizoró lo que faltaba
para triunfar bien alta tu cabeza!

Si volvieras hoy magnánimo coreuta
de los cielos que seguro te has ganado
a cantarnos tu espíritu argonauta
a cortar con tu espada sin pecado
las cabezas de traidores a la patria,
mentiría el poeta esta proeza
pues tu arma letal fue la palabra
"No luchar entre hermanos ...la premisa."
¡Vuelve entonces adalid a tierra madre.
Tráenos de tu altura las brillantes palmas!
Que tu gesta señera es la de un padre
y tu siembra es de oro en nuestras almas.

Favio Ceballos -Granadero Baigorria -Santa Fe

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EL Y ELLA

Él es urgencia ancestral que
busca el suelo enardecido.

Ella es armonía, balada suave
y la luna blanca se confiesa.

Él es roble, viento, rayo, trueno
que precede al germen prometido.

Ella, flor dormida que espera
en su hora justa la semilla.

Alarido que hacia el aire arroja
el fuego bullente de lo eterno.

Susurra la rosa de la sangre
que desliza la palabra quieta.

Quiere que algo lo calme, lo refrene,
acorrale con amor perfecto.

Sin querer, la flor despierta, presiente
la concreción del Sino que se acerca.

Se entrecruzan los deseos, vagan, buscan…
Dos estrellas brillan, tiemblan, se entrelazan…

Se nutren del milagro eterno, se sosiegan…
y se consagran el suelo y la semilla.


Nori Brunori - San Genaro - Sta Fe

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RANCHO DE GUADO

Como una joya, engarzada en la barranca, contenido entre perfumes de flores silvestres, estaba el rancho, en agreste paisaje, que, parecía ocultar, notas de guitarras, empujando a las hojas que bailoteaban movidas por el viento.
Al llegar, lo habíamos hecho por escalones de piedras, que, luchaban por cumplir su misión, entre vegetación tan exuberante ; a los más incapaces, nos eran muy útiles las rústicas barandas de troncos, que, marcaban el camino. Casi de pronto, se abrió la visual y nos encontramos en el patio de tierra apisonada, al parecer, sostenido por la barranca, de matas espesas y florecidas, que se perdían en la hondonada. A lo lejos, las islas, custodiadas por nuestro conocido río Paraná, marrón, cauce de numerosas barcas, que, merecían los comentarios de los entendidos.El sol, ya estaba en lo alto, de un cielo celeste y limpio.al entrar al patio, tres perros, salieron a recibirnos, con tranquilizadores movimientos de rabo, por lo que se veía, que estaban acostumbrados a recibir visitas. Güado, el dueño de casa, nos recibió cordialmente, él mismo le había dicho a Favio, nuestro editor y fundador del Centro Cultural Baigorria que los poetas, lo fuéramos a visitar.
Desde el patio mismo de su rancho, con todo el río al frente, , alcanzando a ver, también el puente, Rosario Victoria, en charla amena y como si fuéramos amigos de muchos años, Güado nos explicaba, lo placentero y a la vez lo minucioso de su trabajo.
Pasamos a su vivienda, museo, exposición artística y retiro, de este artista tan singular.... no había nada superfluo, sobre la mesa una enorme araña de troncos, trabajada con una paciencia infinita, los estantes, llenos de piezas de ajedrez, morteros, cálices, ceniceros, artesanías realizadas con raíces, troncos increíblemente trabajados, una figura oriental, todo lo inimaginable, extraído de un tronco.....
Al rato, un aroma exquisito de asado a la parrilla, comenzó a extenderse por el patio, y al salir, invitados por Güado, encontramos en el sencillo patio, una mesa servida, para todos nosotros, pollo y carne asada, y la más variada cantidad de ensaladas, para todos los gustos, igual que las bebidas....unos arbolitos del patio, nos dieron la frescura, para seguir gozando de ese paraíso.
Era tan plácido, dejarse estar, entre todo lo sencillo, primario, y agradable, que el hombre necesita, que, era como que descubríamos allí, el sentido de la vida, y las pocas cosas que se necesitaban para vivir feliz, a la vez, entendíamos el retiro de ese hombre , que había descubierto cual, era el camino...Allí recuerdo que pensé que, con personas así en el mundo, sentía que podíamos entendernos.
Al rato, nos invitaron de nuevo adentro, donde en el hogar, rústico, eficiente, gastando sólo un tronco enorme, que nos decía le duraba hasta la noche... apareció de pronto, una guitarra, el mate, ya andaba dando vueltas también.....Güado abrió la tertulia, casi acariciando su guitarra y quedamente, muy sentido entonó dos o tres canciones, que nos hicieron sentir muy en lo profundo, que esas eran nuestras raíces, que estos eran nuestros lugares, y que, vaya, que satisfacción nos daba...
. En eso, el dueño de casa, con toda naturalidad , sin tener que rogar, le alcanzó la guitarra al asador, del cual, todos creíamos que, acabadamente, nos había demostrado sus habilidades.......Tomó la guitarra y con la tranquilidad de lo cotidiano, arrancó con una voz magnífica, cantándole a todo lo bello que nos rodeaba :a ese río de Argentina, al amor, a la paz, a los sueños.Cantamos todos, animados por ese ambiente genuino de amistad, rodeados de tanta capacidad, para hacernos sentir tan bien, si es que algo nos faltaba en ese paraíso que nos rodeaba.

Elsa Solis Molina -Rosario - Sta Fe

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AMAMANTADA FLOR

Los brujos solemnes de la noche
abren su guarida en el pantano.
El fulgor de una estrella ilumina
en el feudo frío de un fantoche.

Se hilvana la vida en el ropero,
se cuela la idea de una amante,
en el silbo tan triste del invierno,
se amamanta la flor de nuestra sangre.

Y te quiero y me quieres, nos queremos,
con los sueños violáceos de glicinas
se modela, de apoco, nuestra carne.

Y se vierten las gotas del rocío,
miro tu corazón que ya no es mío,
el mío te doy y él no está vacío.

Gladis Pasquini-San Genaro Norte –Santa Fe
Editado en la Antología “De Baigorria con Amor 2006


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NUNCA SOÑÉ


Nunca soñé con tres ojos que me escrutaran desde un pescuezo de jirafa. Que me escrutaran no sin dejar de entornarse alguno, alternativamente. Tres ojos y no tres pares de ojos de diferentes tonalidades. Tres ojos oscuros idénticos. Y que se posaran sobre mí sin benevolencia ni animosidad. Desde un pescuezo inconfundible, irreprochable. Desde una jirafa de la que pudieran pender arañas plateadas, moribundas, o exhaustas. Pendiendo como sólo penden lo esencial y lo sutil. Lo sutil exhausto, lo esencial moribundo. No estaríamos ellas y yo en un zoológico o en un ambiente no trastornado por el hombre. Pero yo no distinguiría el sitio, y hasta ese momento sería únicamente mis cuatro pintorescas narices, olfateando en vano, desasidas de cabeza reconocible. Yo consistiría, hasta entonces, en una pura memoria guiñolesca, afanándose por recuperarme. Sería, claro, una sustancia en su propia procura.
Nunca soñé con algo rubio gelatinoso aposentado sobre un punto cardinal. Ni me soñé punto cardinal sobre el que se aposentara determinada o indeterminada gelatinosa rubiedad.
Nunca soñé con escaleras derritiéndose sobre un valle de incienso. Dos mil ochocientos peldaños, sumando las sesenta y seis escaleras de fibra. Incienso que cubre todo el valle al que pertenezco desde mi primer sueño anotado en un cuaderno infantil. No estaría allí como ninguna de mis presencias mensurables. Y sin embargo, me brindaría a derretirme.
Nunca soñé con hexágonos de piel humana impidiéndome apoderarme de la gracia. Es poco no haber soñado nunca con la gracia apoderada impidiéndome la humana piel de los hexágonos.
Nunca soñé con el antojadizo poder de cristalizar, seccionar y envasar un crepúsculo. Y darlo a consumir sin reparos. Antojo de consumición.
Nunca soñé con un espejismo, ni cóncavo ni convexo. Espejismo con el que hubiera podido restituírseme la gobernabilidad de mis sueños.

Rolando Revagliatti –Buenos Aires

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SÓLO TU AMOR

Porque se que has confiado en tus instintos
hoy vengo a comentarte…“¡has reprobado!...
No fueron tus colores los que pinto,
ni fueron tus labios los deseados.


Dejaste te invadiera la confianza
de ese amor que en tu mente cultivaste,
no notaste cuán tamaña es la distancia
de la ruta que en ideas vos creaste.

Y sigues inmutable caminando
el camino que conoce tu deseo,
donde sólo vos sos quien va amando,
aún sabiendo lo imposible de tu anhelo.

Zaidena-Elortondo-Sta Fe

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SOLEDAD

“…te pone loco en las noches,
rogando entrar en los confines más oscuros…
Por las noches la soledad desespera”
(Soledad, Bersuit Bergarabat)


El sonido intermitente, agudo hasta la exasperación, con que la radio anunciaba cada hora se dejó sentir, somnoliento, anunciando las 22:00. El día había sido canicular; la noche le continuaba húmeda, onerosa, intransitable. El fino chorro de agua cayó lento, denso, consistente. El trayecto que separaba a la pequeña pava ennegrecida del viejo mate de madera de palosanto fue recorrido de memoria por el agua caliente, acostumbrada a acompañarlo, silenciosa y fielmente, en esas mateadas nocturnas. La yerba reacciona al calor produciendo la esperada espuma levemente pintada de verde que cubre la boca del mate rebasándola sin volcarse. Apuñaló con precisión la yerba humedecida con la bombilla y sorbió el primer trago del brebaje.
Disfrutando la dulce amargura del mate, volvió a atender a la radio, necesariamente abandonada al celebrar el rito de la iniciación del mate. El locutor, con una extensa perorata grávida de expresiones inexpresivas, presentó “un homenaje a Los Trovadores”. Del precario parlante de su envejecida radio floreció la voz clara, afinada, bella de Tucho Aguirre declarando que “todavía cantamos…”, y que “todavía soñamos…”. No pudo evitar (tampoco quiso evitar) la emoción. Sin darse cuenta, su memoria lo trasladó y, nuevamente, estaba caminando junto a sus compañeros de la fábrica en esas marchas multitudinarias que profetizaban y garantizaban el fin de la dictadura.
Eran años de militancia. Eran años de compromiso político. ¿Cómo fue que dejó de militar en el Sindicato? Por esos años decidió dejar la casa paterna e ir a vivir solo. Compró la casa a un joven matrimonio que iba a probar suerte a la ‘tierra de promisión’ de los argentinos de esos años: la Patagonia, el sur lejano y frío, desértico y lleno de riquezas. Vivir solo. Su madre lloró más de una semana seguida, pero no logró vencer su decisión. Quería libertad, quería disponer de su vida para hacer las cosas que le gustaban. Y, entre esas cosas, estaba la militancia; vivir solo le daría la posibilidad de dedicarle más tiempo al Sindicato. Pero, ¿por qué dejó la militancia? Su memoria le proporcionaba distintas respuestas a esa pregunta perentoria. Y su mente las iba repudiando una tras otra.
Un fuerte chupón a la bombilla le sirvió como pausa reparadora y como innecesaria disculpa.

“…a pesar de los golpes
que asestó en nuestras vidas
el ingenio del odio
desterrando al olvido
a nuestros seres queridos”

Parece que ha pasado tanto tiempo y apenas son… ¡veintisiete años! Sí; ha pasado mucho tiempo. Muchísimo tiempo. ¿Por qué dejó de militar? Tal vez porque todos fueron dejando de hacerlo. Tal vez…

“Por un día distinto
sin apremios ni ayunos
sin temor y sin llanto…”

Volvió a llenar el mate sin mirar, de memoria, porque sus ojos estaban turbios mirando el aire denso del verano.

“…por que vuelvan al nido
nuestros seres queridos…”

La inolvidable figura de “la Chancha” López, conduciendo las reuniones del Sindicato, lo invadió. Quizá por eso dejó de militar: ya no existen dirigentes como ‘la Chancha’, con esa capacidad intelectual y de militancia, dirigentes comprometidos con las causas populares. Los hicieron desaparecer. Quizá por eso dejó de militar. Ahora sorbió lento y con pequeñas chupaditas el contenido del mate. Acompañó toda la canción golpeteando con sus dedos sobre la gastada tabla de la mesa retacona y chueca, pretendiendo remedar el ritmo que imponía el bombista.
El agua de la pavita se había entibiado. La calentó y se volvió a sentar. Los Trova, después de la apropiada pausa, arrancaron con los acordes de la inmortal “Puente Pexoa”. Esta vez era Carlos Pino el encargado de encenderle los recuerdos. En este caso, recuerdos de unos años más atrás todavía. Los ‘sesentas’ y los ‘setentas’, su paso por la secundaria, el primer trabajo en la ferretería del miserable don Pireño, los asados con los amigos, alguna peña improvisada… en esos años, siempre estaba presente la guitarra abrazada, acariciada por un guitarrero generalmente amateur (casi excesivamente amateur) que tocaba en nombre y representación de los demás, y el canto popular en las gargantas y el corazón de todos.

“¿Te acordás, mi chinita,
del puente Pexoa donde te besé?...
Que extasiada en mis labios
tu me repetías:”No te olvidaré”...

agua caliente de calor recién añadido, mojó la yerba nueva recién aportada al mate, ensillándolo[1] por primera vez. Y otra vez el sabor amargo y fuerte. que le ayudó a desleir el recuerdo de unos labios rojos, adolescentes.
Con los ojos inconcebiblemente húmedos se miró las manos. Más precisamente, el dorso de sus manos. Notó que su piel era más fina; si cerraba el puño, esa piel brillaba con un brillo apagado. Unas manchas marrones terminaban de confirmar el hecho que no hubiese querido verificar: había envejecido.

Tardecita de sol
fiel testigo de amor.
En el puente Pexoa,
querida del alma
no existió el dolor’


Cuando se es joven y se vive el amor, todo lugar es el ‘Puente Pexoa’, en cualquier lugar no existe el dolor. Mecánicamente llenó otro mate y comenzó a sorberlo.
Los Trova, con colorido ramillete de voces iguales y diferentes entrelazadas por esa emoción única que se consigue cuando se conjugan la más profesional utilización de las técnicas con la pasión más profunda, continuaban desde la radio poniendo belleza a la noche y emoción a su vida.

“¿Cómo estará
en la ensenada del viejo ceibal,
los jazmineros y orquídeas en flor
a quién cantó dulcemente el zorzal?”


El sonido que hizo la bombilla, de imposible onomatopeya, le indicó que el mate se había vaciado. Dejó la pequeña vasija de madera en un costado de la mesa. Levantó la mirada y recorrió todo el ambiente. La cocinita de dos hornallas, descascarada y triste; la garrafa coronada con una tabla sucia que servía de apoyo a varios pequeños objetos de dudosa utilidad; la escasa mesada con los utensilios usados para preparar y consumir la cena apilados en un escurridor de plástico maltrecho; la alacena (o, mejor, lo que quedaba de una vieja alacena) colgada de alambres sostenidos a la pared por dos gruesos clavos; en un rincón, una flaca mesa hecha con varillas de hierro que todavía ostentaban pequeños brillos, como testimonio de un niquelado que se extravió en el transcurso de los años y, sobre ella, un televisor con muchas horas de fútbol y muchas películas recorridas; la mesa y las dos sillas, la que estaba usando él y la que estaba frente suyo, vacía. Las paredes desnudas de adornos y de pintura, pero pródigas en manchas de humedad... Una abertura con una puerta metálica, ahora entornada, conducía al patio. En la pared opuesta, otra abertura huérfana de puerta daba paso al dormitorio y al baño. En este lugar pasaba la mayor parte de su vida desde hacía... para qué contar cuántos años. En este lugar era... era él mismo. La primera intención fue decir que allí era feliz pero se detuvo, porque, en definitiva, ¿qué es la felicidad?

“Quiero volver,
a contemplarme en tus ojos cambá
y que me beses como te besé,
bajo la sombra del jacarandá”.

se pone de acuerdo sobre qué cosa sea la felicidad, y él no era hombre de perder tiempo en “filosofadas” inútiles. Menos ahora, a los 60 años. Así que –se dijo- es suficiente ser uno mismo, basta con ser auténtico. Hacer lo que uno quiere. Él siempre había hecho lo que había querido. Por eso estaba sólo desde siempre.
La noche se había cerrado totalmente. La luna se esforzaba por vencer a la oscuridad que, esta noche, era toda negra y, a duras penas, lograba teñir los objetos del patio con su luz anémica y demacrada sin lograr, sin embargo, iluminar la noche que persistía porfiadamente negra. El aire era tibio y húmedo, una mezcla que no le gustaba. El canto de los grillos entraba por la ventana semiabierta. Lejos, muy lejos, se oía el bullicio de chicos jugando.
Volvió a mirarse las manos. Esta vez, primero las palmas y luego el dorso. Los Trovadores ya habían concluido su “mini recital homenaje”. Apagó la radio. Manos grandes, callosas, huesudas... viejas. Hizo un esfuerzo por no verlas viejas. Era obvio que reconocer la vejez de sus manos era reconocer que él estaba viejo. Quiso verlas jóvenes, pero no pudo. Y entonces se dio cuenta. Por primera vez se dio cuenta de que estaba solo desde… siempre.
Claro que sabía que vivía solo, pero ahora se daba cuenta de que estaba solo. Y esto era muy distinto.
Saber que vivía solo era una manera de afirmar que él había elegido estar solo. Saber que vivía solo era la manera de demostrar a los demás (y a él mismo) que estaba bien. Saber... sí; pero darse cuenta es otra cosa. Darse cuenta compromete. Uno sabe y sigue adelante porque ese saber simplemente es un dato, una referencia, un valor estadístico. Pero al darse cuenta uno se compromete con el pasado, con el presente, con sus elecciones, con las elecciones de otros que afectaron la propia vida… Al darnos cuenta, el dato, la referencia, se contextualiza y pasa a tener significado, un valor simbólico.
Darse cuenta significaba, en su caso, comprender que esta soledad no la había elegido él. Darse cuenta era para él –a los sesenta años- comprender que la soledad lo había elegido y lo había atrapado. Él no eligió vivir en soledad. Simplemente, vivió sólo y la soledad, como el frío del rocío de la madrugada que entra por la ventana descuidadamente abierta, se le metió en la vida. Como las manchas de humedad en la pared. Despacito, perseverantemente, poco a poco… La soledad es la humedad de la vida. Primero es una mancha sobre la pintura. Después, descascara la pintura dejando expuesta una desnudez todavía digna. Por último, va desgastando ese revoque conveniente y decoroso exhibiendo impúdicamente la otra desnudez, la que avergüenza. “La soledad es la humedad de la vida…” murmuró gravemente, sin apartar la vista clavada en la pared que tenía frente a él.
La luna se veía ahora pálidamente reflejada en las lustrosas hojas del gomero que estaba próximo a la ventana. La luna, los grillos, el bullicio siempre lejano... Esas eran sus compañías y con eso él creyó haber estado bien. Ahora se daba cuenta (también) que nunca fue feliz, sea lo que sea ser feliz.
Se levantó de la silla, dio dos pasos enérgicos, respiró profundo... Ya está, se dijo, mientras levantaba de la mesa la pava, el mate con la bombilla aún incrustada en su seno y el paquete de yerba. Guardó el paquete en un rincón de la vieja alacena. Usando la bombilla como improvisada cuchara, vació el contenido del mate en un tarro atiborrado de yerba usada y borra de café. Basta de pavadas. Evidentemente se estaba poniendo viejo. De otro modo no se detendría a pensar esas… idioteces. Él nunca perdía tiempo en “filosofadas” y esta noche... seguro que era porque estaba cansado. Así que no hay que hacerse problemas y seguir adelante. Como hizo siempre.
Salió al patio. Mañana cortaría el pasto en la quinta y haría un nuevo almácigo. Mañana seguiría siendo él; mañana seguiría siendo auténtico.
El bullicio –lejano- de los chicos continuaba. Los grillos persistían incesantes y monótonos. La luna, aún sin vencer a la noche, ponía una tenue tonalidad lechosa al patio. Cerró los ojos, inspiró profundo y exhaló en un suspiro lento, con pretensiones de ser distendido... Le pareció escuchar, entre los ruidos de la noche, una voz suave, casi un susurro. Miró alrededor y no vio a nadie. Seguramente se confundió escuchando el bullicio lejano de aquellos chicos también lejanos.
Se fue a dormir. Solo.

Eduardo Capellaci-Capitan Bermudez-Santa Fe
mail:eduardocappe@gmail.com


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SEDIENTO DE LETRAS

Sediento de letras
estaba aquel hombre
flotaba en el aire
un alma desierta
de pronto sonaron
unas notas sueltas
y un papel en blanco
se llenó de letras.

Poeta que encierras
destellos del tiempo
tu mirada es triste
de silencios viejos,
del recuerdo traes
amores inciertos
en tu voz que quiebra
sonares despiertos.

Cruzaste la línea
acallas los miedos
sigues en la vida
escribiendo versos.

Luis Muñoz –Rosario –Sta Fe


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ABSURDA MELANCOLÍA


Y aquí estoy yo brotando entre las ruinas, llorando sola todas mis tristezas como si el llanto fuera una semilla y yo el único surco de la tierra.
(Pablo Neruda)

ha quedado la rima vacía
sobre el alero de la vieja mesa
esperando por si el verso regresa
con su crucial y gris monotonía

Tratando de escribir sin ironía,
apurará la tinta que se espesa
en la callada pluma que confiesa
su viejo canto de melancolía.

Y caprichosamente la tristeza
parece haber ganado la partida,
volviéndose pesada e incordiosa
detrás de su fachada de nobleza.
Melancolía necia y atrevida,
a veces me resultas fastidiosa.

Liliana Elisabet De MarcoArgentina

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LA INTERPRETACIÓN DE UN SUEÑO

Sueño loco y recurrente, de aquella infancia solitaria. Una y otra vez, noche tras noche. Tenía miedo de dormirme, me atormentaba abofetearme contra el piso, aunque nunca me pasara. Al girar una y otra vez a una velocidad alocada desde el sauce llorón del corral preferido de mi madre, junto al pequeño reguero artificial largo, angosto y se podría decir casi recto.

Me estremecía el giro veloz, como sostenida de una cuerda invisible, me hacían dar vueltas y más vueltas con mucha energía, a una velocidad increíble, sorprendente. Los giros eran verticales con una leve inclinación y cuando iba en descenso, mi corazón se aceleraba, mi sangre se helaba. El espanto, el miedo y el pánico junto a una angustia que me oprimía el cuello hasta asfixiarme se desvanecían de repente con el ascenso y al iniciar la caída volvían a perturbarme de tal manera que despertaba aterrada.

La conciencia individual está rodeada por los abismos del inconsciente como por un mar amenazador. No está segura ni inspira confianza más que en la apariencia en realidad, es algo frágil, vacilante sobre su base. En ocasiones basta simplemente un poderoso afecto o una escueta desconfianza de algo substancial para perturbar de la forma más sensible el estado de equilibrio de la conciencia y como en mi caso la duda inconsciente sobre mi origen genealógico era el que el que me asaltaba noche tras noche.

Esa búsqueda implícita que caminaba sobre represiones simplemente porque no tenía la energía necesaria para llegar por sí mismos hasta el consciente. Hoy luego de unos 38 años; puedo decir: - “Entiendo el origen de mis pesadillas de infancia” ¿Por que? Porque El sueño es una creación psíquica que, que en contraste con los datos habituales de la consciencia, se sitúa por su aspecto, su naturaleza y sentido, al margen del desarrollo continuo de los hechos concientes y para comprender el sueño, psicológicamente hablando exige que busquemos las reminiscencias vividas que lo componen. Y para cada imagen habrá que remontarse a los antecedentes.

Conclusión: a los 6 años me preguntaba ¿quién es mi padre biológico? Y por lo expuesto anteriormente sólo en mis sueños esa duda se manifestaba.

Sandra Gomez

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65

hallándome sentado en el solar que desde antiguo
es destinado a los augures
preguntas donde descansan los recuerdos
desconocido cantar de pájaros
perfume a hiel / a sangre indescifrable
inconfundible estrépito de olas
esparcen penas / oscuras rosas
a orillas del río/mar
realizaré mis sortilegios
encendió antorchas el dios del fuego
lejano escucho cantar a la a la
signo de victoria
puedo saber fracasados presagios
ritos desnudos de signos
enciendan llamas
desdichado aquel que cae en desgracia
no hay tumbas
insepultos compañeros
a la a la
bajo el sol antorchas buscadoras.
a la a la.
Silvia Loustau- Mar del Plata-Buenos Aires

* los versos de letra diferente pertenecen a Tiresias de la Antígona , Sófocles
** a la a la: grito de victoria de los griegos


( de: Exilios y deseexilios)

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EL CABECEO

Desde la esquina se oyen los acordes empalagosos del bandoneón. A mitad de cuadra, una copa roja de neón se adueña de la noche. El Tuerto Gutiérrez entra a la milonga con la luna envenenada en los ojos. La orquesta de “señoritas” suda alcohol sobre el escenario. A los costados se apretujan mesas y sombras de hombres y mujeres.
En la barra está la Turca Zoraida con las tetas sobando el mostrador. Sus labios violáceos se quedan pegados al borde del trago cuando lo ve ingresar. Desvía la mirada hacia el centro de la pista donde zapatos abotinados de charol y piernas con raya al medio se entreveran. Sabe que viene en busca de su escote y de su pollera tajeada.
El ojo único la relame, provocándola. Ella separa las rodillas cortando en seco el humo denso del tabaco aferrado al taburete. El sombrero del Tuerto Gutiérrez se ladea hacia la derecha invitando al baile.
La Turca Zoraida no se hace rogar. Avanza la seda eléctrica de su blusa desabrochada y se planta airosa bajo la luz alcahueta del reflector. Un brazo firme le rodea la cintura y siente en su mano el envoltorio de unos dedos febriles. Obediente, se abandona a los compases y a la marca del varón sobre la espalda. Ya es más de medianoche. Por la puerta entreabierta del boliche entrará, de un momento a otro, el Flaco Peralta con iguales intenciones. Sonríe pensando en que el Tuerto se envalentonará primero para arrugar después. Como noches anteriores, quedará en claro que ella es hembra de un solo macho. Entre cortes y quebradas relojea la entrada. El Flaco no aparece y la milonga sigue hasta que el sol despunta.
El Tuerto Gutiérrez desmolda su brazo del talle de la mujer, no le ha dado ni un respiro. Durante el baile se ha calzado sus tetas y le ha metido su bufoso entre las piernas. La suelta de golpe a la Turca Zoraida, que trastabilla, y se va nomás, con la misión cumplida.
En un zanjón del suburbio, el sol abraza el cuerpo baleado del Flaco Peralta y le saca las últimas ganas de milonguear de los ojos.

María Guillermina Sanchez Margariños

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PARA TI, ESCLAVO NEGRO…

Una voz ha subido
Desde tiempos históricos,

Para recordar al mundo embrutecido
Que la esperanza es magnifica…

Una luz maravillosa
Que se quisiera eterna
Ha venido aclarar; luminosa;
El rumbo de un ser fraternal…

¡Es un poco como una venganza
De la Historia sobre el pasado!
¡Es un poco como una benevolencia
Del azar sobre el racismo que se quiere matar!

Para ti, Esclavo de antaño,
Una chispa de felicidad
Ha brillado en el país de tus desgracias,
Y tu alma ha sonreído…

Todo un pueblo entusiasmado
Por mucho tiempo menospreciado
Verá tal vez su nobleza
De espíritu enriquecer la sociedad…

Para ti, Esclavo desarraigado,
Una nueva era ha nacido
Para que, por fin, crezca la llama
Para la Paz de los seres y el silencio de las armas…

Françoise Marie BERNARDEl 17 de febrero de 2009Franciay aqui en frances para los que aman a mi idioma...



POUR TOI ESCLAVE NOIR…

Une voix est montée
Depuis des temps historiques,
Pour rappeler au monde hébété
Que l'espoir est magnifique…

Une lueur merveilleuse
Que l'on voudrait éternelle
Est venue éclairer ; lumineuse ;
Le chemin d'un être fraternel…

C'est un peu comme une vengeance
De l'Histoire sur le passé
,C'est un peu comme une bienveillance
Du hasard sur le racisme qu'on veut tuer !

Pour toi Esclave de jadis,
Une étincelle de bonheur
A brillé au pays de tes malheurs,
Et ton âme a souri.

Tout un peuple en liesse
Longtemps méprisé
Verra peut-être sa noblesse

D'esprit enrichir la société…

Pour toi Esclave déraciné,
Une nouvelle ère est née
Pour qu'enfin grandisse la flamme
Pour la Paix des Etres et le silence des armes…

Françoise Marie BERNARD-Aurillac-Auvernia -Francia


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CAMPANADAS DE LA CATEDRAL
(Homenaje a Antonio Machado)

En la casa de Machado aún se oye la última visita,
el último trajín , la última canción de La Niña de los Peines
en una descuajeringada radio.

Antonio se sienta conmigo bajo las acacias .
Hoy como ayer, ayer como mañana, en el Uno
sin tiempo que ahora compartimos.

Me mira con aire despistado,
como queriéndome reconocer de alguna parte .

Yo sólo le sonrío y él se toca levemente
el ala del sombrero de fieltro .
Escribimos .
Los abrigos se nos pincelan
de alfileres de escarcha
y ni siquiera lo hemos notado.
Cada cual va dejando su impronta de versos
bajo los pináculos de la blanca catedral.

Somos como dos viajeros de paso en esta plaza.
Él escribe a Guiomar,
yo a Álex .
Sonrío por su inocencia:
no sabe que Guiomar es hoy una estación
de un “ave” de viento sin alas .

Él me sonríe también,
como disimulando algo
sobre a dónde me conducen
mis versos hacia Álex.

De pronto se nos muda el gesto.
Nos despedimos, taciturnos y solitarios,
envueltos en nuestra nostalgia infinita de poetas.

Yo no le digo nada de Colliure,
él no me dice nada de… algo mío.
.
María Tereza Bravo Bañón –España


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A TRAVÉS DEL VIDRIO


por descuido o equidad
traiciona su mirada

contemplándola


bajo una hoz de luna
desdibujada a través del vidrio

y
al
maculo amante
de
grises y ocasos
de
causas y casualidades
de
un final fugitivo

Orlando Valdez -Rosario